martes, 3 de diciembre de 2013

La Pedagogía del Castigo

Desde el punto de vista del aprendizaje escolar, el castigo debe tratar de encajarse en el ámbito de la disciplina necesaria para la regulación de las actividades del aula; sin embargo, si este no tiende a la búsqueda de mejores efectos en bien del estudiante, entonces no tendrá sentido. Por tanto, en ultima instancia el castigo debe tener un sentido terapéutico, medicinal, que si no busca "curar" no debe aplicarse.

Palabras como "Este...ya no tiene solución", "Es imposible con aquel..." u otros sinónimos, lo único que alcanzan es la eliminación de las posibilidades del estudiante, generando una aversión al curso y al profesor, pues se rompe la necesaria empática interrelación alumno-profesor.

Hace ya casi un siglo, Thorndike, estudió científicamente la naturaleza del castigo y sus efectos. El autor elaboró su famosa teoría del "aprendizaje por ensayo y error" estableciendo la LEY DEL EFECTO. En esta, toda conducta seguida de la oportuna recompensa se afianza y se aprende, mientras que si va seguida de un estímulo aversivo: se elimina. El castigo, por tanto, consiste en la aplicación de un daño con la pura intención de corregir una conducta (curar); fuera de esta aplicación no tiene sentido.