El evangelio (del griego εὐ, «bien» y αγγέλιον, «mensaje») es la
buena noticia del cumplimiento de la promesa hecha por Dios a Abraham, Isaac y Jacob de
que redimiría a su descendencia del pecado por medio de la muerte de su Hijo
unigénito Jesús, quien moriría enexpiación por
el pecado de toda la Humanidad y resucitaría al tercer día para dar arrepentimiento y perdón de
los pecados a todo aquel que crea en él. David profetizó que Jesús resucitaría al tercer día sin ver
corrupción; David murió y su cuerpo vio
corrupción y la tumba de David está en el Monte Sion,
pero Jesús resucitó al tercer día cumpliendo la profecía de su resurrección y
su tumba está vacía y es conocida como el Santo Sepulcro.
Este es el evangelio que predicaban los primeros discípulos de Jesús.
El cumplimiento de la promesa de
Dios, o evangelio, fue escrito por los primeros discípulos judíos en los
evangelios, que son los escritos que recogen las primeras predicaciones de los
discípulos de Jesús de Nazaret y cuyo núcleo central del mensaje es la muerte y
resurrección de Jesús de Nazaret. Existen otros escritos, conocidos como evangelios apócrifos, no reconocidos como canónicos por las iglesias cristianas actuales,
de manera que estos evangelios apócrifos no son ahora aceptados por estas
instituciones religiosas como fidedignos, ni como textos inspirados por la
divinidad. Pero sí fueron considerados «escritura» por algunas de las facciones
en que se dividió el cristianismo durante los primeros siglos de su historia,
especialmente por la corriente cristiana gnóstica,
que fue la que aportó la mayor parte de estos textos, y por comunidades
cristianas que conservaron una ligazón más estrecha con la tradición judía de
la que surgió el cristianismo. Ej. El evangelio de Tomás es
incluso datado por algunos en el año 50 dC, hipótesis que lo convertiría en el
más antiguo conocido.
Origen del término
La palabra «evangelio» es empleada
por primera vez en los escritos de las primeras comunidades cristianas por Pablo de Tarso,
en la primera
epístola a los corintios, redactada probablemente en el año
57:
Γνωρίζω δὲ ὑμῖν, ἀδελφοί, τὸ εὐαγγέλιον ὃ εὐηγγελισάμην
ὑμῖν, ὃ καὶ
παρελάβετε, ἐν
ᾧ
καὶ
ἑστήκατε,
|
Os recuerdo, hermanos, el evangelio que os
anuncié, que recibisteis, y en el que habéis perseverado.
|
Dicho evangelio consiste, según
Pablo, en «que Cristo murió
por nuestros pecados según las Escrituras; que fue sepultado y resucitó al
tercer día según las Escrituras; que se apareció a Pedro y luego a los doce.
Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los que la mayor
parte viven todavía, si bien algunos han muerto. Luego se apareció a Santiago,
y más tarde a todos los apóstoles. Y
después de todos se me apareció a mí, como si de un hijo nacido a destiempo se
tratase».
Con el mismo sentido aparece la
palabra en el evangelio de Mateo y en el evangelio de Marcos. Es posible que sea la traducción al
griego de una expresión aramea empleada en su predicación por Jesús de Nazaret, pero no existen datos concluyentes que permitan afirmar
esto de forma definitiva. En total, la expresión «evangelio» es usada en 76
ocasiones en el Nuevo Testamento. Es significativo que sesenta de ellas tengan
lugar en las cartas de Pablo, y que no exista ninguna mención del término en el evangelio de Juan y en el Evangelio de Lucas, aunque sí aparece en los Hechos de los
Apóstoles, atribuidos a Lucas. El número de
menciones de cada término es el siguiente:16
Término
|
|||||
Evangelio
(euangélion)
|
4
|
8
|
0
|
2
|
0
|
Evangelizar
(euangelízō)
|
1
|
0
|
10
|
15
|
0
|
Se ha especulado sobre si las
comunidades cristianas helenísticas adoptaron el término «evangelio» a partir
del culto al emperador. Existe en Priene una
inscripción, fechada en el año 9 a. C.,
en que aparece esta palabra con un sentido muy similar al que después le darían
los cristianos. En cualquier caso, la palabra había sido frecuentemente
utilizada en la literatura anterior en lengua griega, incluyendo la primera
traducción de la Biblia a este idioma, conocida como Biblia de los
Setenta.
Evangelios
canónicos
Del elevado número de evangelios
escritos en la Antigüedad, sólo cuatro fueron aceptados por la Iglesia y
considerados canónicos. Establecer como canónicos estos cuatro evangelios fue
una preocupación central de Ireneo de Lyon,
hacia el año 185. En su obra más importante, Adversus
haereses, Ireneocriticó
con dureza tanto a las comunidades cristianas que hacían uso de un solo
evangelio, el de Mateo, como a los que aceptaban varios de los que hoy son
considerados como evangelios apócrifos, como lasecta gnóstica
de los valentinianos. Ireneo afirmó que los cuatro evangelios por
él defendidos eran los cuatro pilares de la Iglesia. «No es posible que puedan
ser ni más ni menos de cuatro», declaró, presentando como lógica la analogía con los cuatro puntos cardinales,
o los cuatro vientos (1.11.18). Para ilustrar su punto de vista, utilizó una
imagen, tomada de Ezequiel,
del trono de Dios flanqueado por cuatro criaturas con rostros de diferentes
animales (hombre, león, toro, águila), que están en el origen de los símbolos
de los cuatro evangelistas en la iconografía cristiana.
Tres de los evangelios canónicos, Marcos,
Mateo y Lucas, presentan entre sí importantes similitudes. Por la semejanza que
guardan entre sí se denominan sinópticos desde
que, en 1776, el estudioso J.J. Griesbach los publicó por primera vez en una
tabla de tres columnas, en las que podían abarcarse globalmente de una sola
mirada (synopsis, «vista conjunta»), para mejor destacar sus
coincidencias.
Evangelio según Juan
Juan es sin duda el último de los
evangelios canónicos, de fecha bastante más tardía que los sinópticos. En él,
los milagros no son presentados como tales sino como «signos», es decir, gestos
que tienen una significación más profunda: revelar la gloria de Jesús (ver
Rivas, L.H., El Evangelio de Juan).
Fechas
de los evangelios canónicos
Existe una minoría que propone que
los evangelios fueron redactados tras la destrucción definitiva de Jerusalén
durante el reinado de Adriano.
·
Marcos: c. 68–73.
·
Mateo: c. 70–100 (aunque algunos
autores, que no aceptan la prioridad de Marcos, sitúan su redacción en una
fecha anterior al año 70).
·
Lucas: c. 80–100 (una mayoría de
estudiosos lo data en torno al años 85).
·
Juan: c. 90–110. (fecha propuesta
por C.K. Barrett; R.E. Brown no ofrece una fecha consensuada para
el evangelio de Juan).
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